¿Es ético o moral
transportar animales en gestación al matadero?
El 3% de las vacas lecheras llega al matadero en avanzado estado de gestación, según un nuevo informe
de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Parece una
cifra pequeña, pero solo en España, este mes de abril, estaban
registradas 851.363 vacas en ordeño,
así que el 3% supondría más de 25.000 hembras sacrificadas en el último
tercio de su preñez. El 1,5% de las terneras para carne, el 0,8% de las
ovejas y el 0,5% de las cerdas también llegan al matadero con una
gestación avanzada.
A petición de Alemania, Dinamarca, Países Bajos y Suecia, los
científicos de la EFSA han evaluado por primera vez el riesgo de que los
fetos sientan dolor durante el sacrificio de sus madres. Las hembras
preñadas llegan al matadero por fracturas graves de su extremidades o
por enfermedades como la tuberculosis, pero también por despiste de los
ganaderos y por falta de control en las explotaciones. En el matadero,
los operarios aturden a los animales con tenazas eléctricas o con
pistolas de bala cautiva, para evitar su sufrimiento cuando son
degollados y desangrados. En el caso de los sacrificios religiosos por
el rito musulmán (halal) y judío (kosher), las leyes hacen una inusual excepción y permiten que los animales sufran,
siendo desangrados con un cuchillo afilado cuando todavía están
conscientes. Pero los fetos, incluso días antes del parto, no reciben
ninguna atención en ninguno de los procedimientos.
l nuevo informe de la EFSA bendice este protocolo. Según sus
científicos, es “muy probable, con entre el 66% y el 99% de
probabilidad”, que “la situación neurofisiológica de los fetos del
ganado no permita la percepción consciente” del dolor. Entre los
expertos firmantes figuran los españoles Christian Gortázar, catedrático de sanidad animal en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos; Miguel Ángel Miranda, profesor de zoología de la Universidad de las Islas Baleares; y Antonio Velarde, veterinario del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias.
“Hay poco conocimiento científico”, reconoce Gortázar. El informe de
la EFSA recuerda el bajo nivel de oxígeno en el cerebro de los fetos y
la predominancia de estados similares al sueño, según muestran los
electroencefalogramas disponibles. “Es improbable o muy improbable
(entre el 1% y el 33% de probabilidad) que los cambios que ocurren
durante el aturdimiento y el desangrado de la madre estén asociados con
dolor u otros efectos negativos en los fetos del ganado”, concluye el
documento científico, adoptado por la EFSA el 5 de abril y publicado
ayer.
“Las hembras preñadas suelen llegar al matadero por razones
superiores de sanidad animal o de bienestar animal”, como impedir
epidemias o evitar el dolor de una madre con una pata rota, subraya
Gortázar.
Si se mata a la madre y se mantiene el feto en el útero y se deja
morir, la probabilidad de que no sufra es alta”, resume Velarde. El
veterinario recuerda que el sistema nervioso de los fetos ya está
desarrollado en las últimas etapas de la gestación, pero diferentes
sustancias inhibidoras, como la adenosina y la pregnenolona, impedirían
la percepción del dolor. En humanos, el neurocientífico Lorenzo Fabrizi, del University College de Londres, ha mostrado indicios de que los fetos pueden sentir dolor
en las dos últimas semanas de la gestación. “En niños prematuros lo que
sabemos es que el procesamiento del dolor cambia durante el último
trimestre de la gestación, junto a muchas otras funciones y estructuras
cerebrales”, explica.
El informe de la EFSA, de 96 páginas, funciona como una recomendación
a los gobiernos de la UE. El documento afirma que, si se asume la
hipótesis “improbable” de que los fetos sienten dolor, habría que
sacrificarlos en el matadero con una sobredosis de anestéstico. Si la
preñez se detecta una vez que la madre ya está muerta, habría que
extraer el feto, aturdirlo con pistola de bala cautiva o tenazas
eléctricas y degollarlo. Este procedimiento significaría un aumento de
los gastos para las industrias cárnica y láctea.
“Hay que diferenciar los componentes científicos, éticos y morales.
Nosotros presentamos el conocimiento científico para ponerlo a
disposición de las personas que toman decisiones. ¿Es ético o moral
transportar animales en gestación al matadero? Esa es otra pregunta”,
opina Velarde.
http://elpais.com/elpais/2017/05/31/ciencia/1496232304_047553.html
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