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Marzo del 2012
Coca-Cola y Pepsi cambian la receta para evitar una 'etiqueta de cáncer'
- Reducirán los niveles de un colorante
que California considera 'cancerígeno'
- Habría que beber 1.000 latas para
ingerir las dosis probadas en animales
- Grupos de consumidores piden a la FDA que prohíba el
aditivo sospechoso
Coca-Cola y Pepsi
han decidido cambiar su receta en el estado de California (EEUU) para evitar
que las bebidas luzcan una etiqueta sobre el posible riesgo de cáncer
relacionado con uno de sus colorantes.
El problema
radica en el uso de 4-metilimidazol
(4-MEI), el colorante que le da su particular color caramelizado a ambas
bebidas, y que ha sido incluido por California en la lista de sustancias
potencialmente cancerígenas. Así que para adaptarse a los estándares
californianos y evitar la inclusión de una 'etiqueta negra', Pepsi y Coca-Cola reducirán la cantidad de dicho colorante en
sus productos.
Ambas empresas,
que representan el 90% del mercado de refrescos según datos del mayorista del
sector Beverage Digest, han asegurado que el consumidor no notará el cambio en
el sabor de la bebida.
Un portavoz de
Coca-Cola España, ha asegurado a ELMUNDO.es que los consumidores pueden estar
tranquilos y que la
Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que "los riesgos del
4-MEI son inferiores a los de tomar patatas fritas". Según sus mismos
cálculos, un consumidor debería tomar 18.000
latas de refresco al día durante dos años para igualar los
niveles que se alcanzaron en los ensayos con animales.
Mil latas
La Asociación de Fabricantes de Bebidas
de EEUU, recuerda que el estudio que ha llevado a las autoridades a incluir
este colorante en dicha 'lista negra' se llevó a cabo únicamente en animales (y
añade que la Agencia
Europea de Seguridad Alimentaria lo considera seguro para el
consumo). De hecho, la agencia estadounidense que regula el mercado de los
alimentos y los fármacos (la FDA),
admite -manejando cálculos diferentes a los de Coca-Cola- que un ser humano
debería beber 1.000 latas de cola al día para ingerir la dosis que tomaron los
animales en el laboratorio.
Aún así, los dos
gigantes de los refrescos, han decidido reducir la dosis del colorante
'maldito' en California para evitar una etiqueta en las latas sobre la relación
de la 4-metilimidazol con el cáncer.
"Aunque consideramos que
no existe riesgo para el consumidor que justifique dicho
cambio, les hemos solicitado a nuestros proveedores de colorante de caramelo
que reduzcan los niveles de 4-metilimidazol
para no tener que incluir dicha advertencia sin base científica", ha
señalado Diana Garza-Ciarlante, portavoz de Coca-Cola, al diario británico 'The Guardian'.
Y aunque el
cambio en la receta se ha llevado a cabo de momento únicamente en California, ambas
compañías lo extenderán próximamente a todo EEUU. Pese a ello, otro portavoz de
Coca-Cola, Ben Sheidler, recuerda en una nota remitida a 'Los Angeles Times' que
"fuera de California, ninguna
agencia reguladora considera que el 4-metilimidazol sea carcinógeno para el ser
humano".
No es eso lo que
opinan algunos grupos de consumidores estadounidenses que llevan desde 2001
alertando sobre los riesgos de dicho aditivo. El último en hacerlo ha sido el Centro para la Ciencia en
Interés Público, que esta misma semana enviaba una carta a la FDA para pedir la prohibición
de dicho colorante artificial.
En la misiva,
Michael Jacobson, director de este lobby de consumidores, cita análisis en los
que las latas de refresco superan cinco veces el límite de 29 microgramos de
4-MEI establecido en California y se pregunta cuánta cantidad debería
considerarse apropiada. "Sospecho
que la mayoría de usuarios preferiría una bebida totalmente transparente y
segura, que una coloreada de caramelo con un compuesto sospechoso".
Un portavoz de
Coca-Cola España explica que el 4-metilimidazol
es un residuo que se forma en el proceso de tratar el azúcar para obtener
caramelo, "que está presente también en tostadas, café, cervezas,
snacks... y hasta 200 productos diferentes". Y añade que las latas de
refresco en España tienen niveles de dicho compuesto por debajo de las 250
partes por millón que la OMS
considera seguras.
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Publicado por Agencias el 31 de Marzo, 2012, 11:43
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Guatemala - STECSA: “No podemos permitir que se atente contra la estabilidad laboral”
Faltando pocas semanas para la reunión semestral entre la UITA y Coca Cola
Company, en Atlanta, la situación de la negociación colectiva en Guatemala entre
STECSA y Coca Cola FEMSA se ha vuelto aún más complicada.
Después de casi
13 meses, la negociación del nuevo Convenio Colectivo entre el Sindicato de
Trabajadores de Embotelladora Central SA (STECSA) y Coca Cola FEMSA fue
suspendida el pasado 21 de febrero.
Hasta el momento han sido
aprobados 48 de los 85 artículos propuestos por la partes, sin embargo faltan
por definir los temas más trascendentales para el futuro de las relaciones
laborales en la empresa.
“Entre los 37 artículos pendientes están los que
Coca Cola FEMSA pretende aprobar contra viento y marea. Su aprobación sería una
muerte anunciada para el Sindicato”, dijo a Sirel, Carlos Luch, secretario
general del STECSA.
Según Luch, la transnacional estaría tratando de
implementar medidas que atentan contra la estabilidad laboral y las garantías
salariales.
Asimismo, pretendería implementar un modelo de Preventa “que
está comprobado que en Guatemala no funciona y que causaría graves daños a
nuestra estructura, dejándonos indefensos”, aseguró el directivo del
STECSA.
Defensa de derechos
Ante propuestas que consideran
inaceptables, la falta de abertura a un verdadero diálogo y una reiterada
estrategia dilatoria por parte de Coca Cola FEMSA, la comisión negociadora del
STECSA propuso una suspensión de la negociación colectiva.
“No estamos
pidiendo mucho, simplemente queremos ratificar lo que ya tenemos en nuestro
Convenio Colectivo, es decir los derechos adquiridos en tantos años de lucha.
Sobre esta base dialogaríamos con la empresa acerca de mejoras salariales”,
afirmó Luch.
Por el contrario, el STECSA señala que en varios artículos
propuestos por la empresa se pretendería desarticular la Junta Mixta y modificar
los niveles de eficiencia, lo cual podría conllevar una reducción de los
ingresos, entre otros.
“La comisión negociadora de Coca Cola FEMSA ha
mantenido una actitud cerrada, dilatando la negociación, hasta rehusándose a
firmar artículos donde las partes coincidíamos, diciéndonos simplemente que no
tenían gana de hacerlo.
Han querido condicionar las mejoras salariales a
la aceptación de sus propuestas, pero para nosotros es más importante la
estructura de nuestro Convenio que el salario”, aseveró el secretario general
del STECSA.
Movilización
Ante esta situación el STECSA ha
iniciado actividades de presión en la planta central de la capital guatemalteca.
Protestas que podrían subir de tono durante las próximas semanas.
- Galería de fotos de la
protesta
“Hemos planificado visitas a todas las agencias y
centros de trabajo a nivel nacional para informar sobre la situación a la base
del Sindicato y la sintonía es total. Además, ya tenemos una agenda de
movilizaciones que cada día va a ir subiendo en intensidad, y estamos
coordinando a nivel internacional con la Rel-UITA y la
FELATRAC.
Esperamos que la empresa recapacite, porque no estamos
dispuestos a aceptar un retroceso en nuestros derechos adquiridos”, concluyó
Luch.
Fuente: Rel-UITA
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Publicado por Giorgio Trucchi - Rel-UITA el 12 de Marzo, 2012, 21:38
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Los 10 secretos oscuros de los menús de los restaurantes
Un menú bien
diseñado es un arma infalible para que los restauradores consigan que
consumamos lo que a ellos les interesa y aumentar sus beneficios.
Hora punta en un
restaurante de moda. Las comandas salen disparadas de una cocina que echa
chispas; "Camarero, por favor, yo tomaré la ensalada César con pechuga de
pollo ecológico a la parrilla” pide un chico con decisión. “A mí me gustaría
probar la pasta fresca con colmenillas salvajes y aroma de trufa”, comenta su
acompañante al maître. ¿Era
esto lo que realmente querían pedir los clientes o una carta diseñada
maléficamente ha decidido por ellos? Los menús de muchos
restaurantes esconden pequeños secretos marketinianos que juegan con nuestra
psicología para “ayudarnos” a elegir (lo que al empresario le conviene, claro).
Todos los esfuerzos publicitarios son pocos para atraer a los clientes a las
puertas de su restaurante y, una vez dentro, el objetivo es que gastemos el máximo
dinero posible en el establecimiento. Quizás lo hayáis imaginado, el arma para
lograrlo
se llama carta.
Hay toda una ciencia en cuanto al diseño de menús de restaurantes: el tamaño,
el tipo del papel, el número de hojas, la tipografía, la jerarquía de platos...
En el Culinary Institude Of America incluso
existe una asignatura dedicada íntegramente a la Ingeniería de Menús, donde se aprende a
aplicar conocimientos técnicos de disciplinas como el marketing o las tecnologías culinarias para
maximizar su rentabilidad.
La función de
estos engineers esta clara:
conseguir que el plato más
productivo para el dueño del restaurante sea el que finalmente presida la
comanda. La nuestra, ayudarte a descifrar el menú más
traicionero.
Estas son las diez 10 amenazas a las que debemos estar atentos a la hora de
pedir en un restaurante. Hay que desconfiar de:
1. Las cartas en las que no
aparecen los precios alineados en columnas. Cuando el coste del
plato aparece camuflado junto a la suculenta descripción, evitan que se haga un
cálculo rápido de lo que costará la cuenta.
2. Los platos que aparezcan
en el lado superior derecho de la carta. La visión humana
tiende a empezar por esta zona del menú y allí siempre se encuentra lo que les
interesa vender, ya sea por rentabilidad o por su alto precio. Si es un menú
tipo libro hay que estar atentos a aquellos platos situados en la zona media y
superior de la hoja de la izquierda.
3. Los primeros y últimos
platos de la columna de sugerencias. Las personas solo nos
quedamos con los platos que se colocan en estas posiciones olvidándonos de
todos los que aparezcan entre medias.
4. Los signos que ensalcen un
plato como especial de la casa, nuevo, home made etcétera. Suelen encubrir
platos con pingües ganancias para el dueño del negocio.
5. Las
descripciones coloristas llenas de palabras gancho como ecológico, asado en
horno de leña, de la lonja, del mercado, crujiente o marinado. Son palabras que excitan
el apetito generando una imagen del guiso que nos hace salivar y pedir con la
tripa. Palabras como frito, hervido o rebozado consiguen el efecto contrario.
¿Quién no se pediría unos “Salmonetes de la Lonja en sándwich con trufa, puerros ecológicos y
su flan”? (leído en el menú de Can Fabes).
6. Platos
sofisticados y suculentos y caros situados cerca de los mas sencillos. Al compararlos nos
decantaremos impulsivamente por el que más les seduzca sin pararnos a mirar el
precio.
7. Las zonas recuadradas o
subrayadas ya que es aquí donde sitúan los platos más
lucrativos para el establecimiento. Y hay que desconfiar más aún de los que
pongan en la parte derecha del recuadro ya que nuestra mirada automáticamente
irá a por ellos.
8. De platos con precios
escandalosos justo antes o después de uno con un precio inflado para lo que
ofrece. Un ejemplo: Huevos de codorniz, salmón ahumado y caviar
Beluga a 48,60 euros situado justo encima de otro compuesto por una yema de
huevo trufado con crema de alcachofas, espinacas y foie a nada menos que 25,92.
Al comparar cifras la sensación es que el huevo con foie es un chollo cuando es
un precio suficiente por un entrante de huevos a pesar del foie. (leído en el
menú del Restaurante
Zalacaín)
9. De las recomendaciones que
aparecen adheridas al menú principal. No siempre, pero
puede que el cocinero se quiera deshacer de ciertas piezas que no ha conseguido
sacar en servicios anteriores.
10. La contraportada o de la
ultima página, son el trastero de los platos. Aquí se
destierra a los menos solicitados o a los alimentos y bebidas más básicas como
refrescos o cafés. Resulta parecido a lo que ocurre en los supermercados en los
que la leche o lo huevos (bienes de primera necesidad) están colocados al fondo
de la tienda con el objetivo de conseguir compras impulsivas de productos menos
necesarios y más caros por el camino.
Una buena descripción de platos y un buen diseño en el menú puede incrementar
entre un 20% y un 30% la factura de un cliente, según aseguran varias webs
dedicadas al marketing hostelero. Las herramientas utilizadas son lícitas pero
no dejen atrás la astucia e intenten driblarlas
a la hora de pedir la comida que realmente quieren consumir.
Una ultima
advertencia para no hacer el pardillo, es pedir siempre platos con ingredientes
de temporada y, si puede ser, locales. No hay que ceder a las presiones de las
recomendaciones del camarero y jamás
devolver un plato de malas formas. Es posible que cuando vuelva a la mesa se
haya colado algún "ingrediente sorpresa".
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Artículo
original
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Publicado por Marta Muñoz-Calero. “El País” el 11 de Marzo, 2012, 18:40
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